domingo, 24 de febrero de 2013

A mis Circunstancias



La cabeza bien alta,
el tono bien poético
y las constantes bien vitales;
más, la moral por los suelos,
el reir por no llorar
y la casa por barrer.

Heme aquí para serviros,
Yo, varón, soltero, diestro,
animal seriamente humano,
medida de todas las cosas
y eterno insatisfecho.

Contradictorio y omnívoro.
Viviendo, sin vivir, en mí.
Doctorado en cataclismos,
máster propio en teoría de catástrofes,
y oficial en la práctica del caos.
Licenciado en dirigir infiernos,
con diploma en tragarme las lágrimas.

Ni abasto, ni más de mí,
ni mi brazo a torcer.
Preparo por libre
primero de incongruencias,
repito segundo de a ver qué pasa,
y aprobé, al fin,
tercero de horror al vacío (copiando).

Especialista universitario
en complacer a terceros
y negarme hasta el aire que respiro;
experto en no distinguir las voces, de los ecos.
Prácticas remuneradas de dejar,
sin pena ni gloria, la vida pasar.
Formación permanente en justicia poética.
Eterno opositor a morir junto al mar.

(Juan Manuel Seco del Cacho - ganador del primer certamen
internacional toledano en la modalidad de poesía)
 

 

sábado, 16 de febrero de 2013

(Entre Paréntesis) reedición


El silencio... que reside en tu boca
bate mares embravecidos, rompiendo olas desnudas
de besos urdidos entre las rocas.

Tu gesto... camina ausente en el trote silente de mis latidos,
que pierden el ritmo y tratan de huir desfallecidos,
(en la techumbre de tu paréntesis).

El viento... oscuro lamento en su sin sentido,
baila tangos con las hojas, en la orfandad de tu verbo
y el deshaucio de sus ramas...
...tus palabras.

Tus palabras... cubrieron rastrojos con amapolas,
llenaron los campos de aromas de espliego..
Rociaron dulzura por los barbechos,
haciendo autopistas en caminos estrechos.

El insoportable vacío de tu sintaxis,
terrible el estío "entre comillas"
de la ausencia latente de tu morfología,
la sed que me guía.

La coma, comatosa, que sigue en coma,
el punto y seguido desvanecido.
Los puntos suspensivos sin dejar de suspenderse...
...en este suspense que abandonó el guión
¡ en el instituto-forense !
donde sólo somos dos signos de exclamación.

Tan solo dos puntos:

Tú y yo, en una leyenda que transciende la semántica
de que no soy yo quien escribe estos versos.

Si no más bien tu sedimento,
que recorre mi cuerpo
y se precipita en mi aliento
al sentir que la lengua
se me llena de barro,
en el breve paréntesis
que encierra tu ( silencio )

                             J.angel)


No quedará en la noche una estrella.
No quedará la noche.
Moriré y conmigo la suma
del intolerable universo.
Borraré las pirámides, las medallas,
los continentes y las caras.
Borraré la acumulación del pasado.
Haré polvo la historia, polvo el polvo.
Estoy mirando el último poniente.
Oigo el último pájaro.
Lego la nada a nadie.

                  (J. Luis Borges)

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miércoles, 13 de febrero de 2013

Enamorado de una Estrella


Y me contó la historia de un muchacho enamorado de una estrella.
Adoraba a su estrella, tendía sus brazos hacia ella, soñaba con ella
y le dirigía todos sus pensamientos. Pero creía saber, que una
estrella no podría ser abrazada por un ser humano. Creía que su destino
era amar una estrella sin esperanza; y sobre esta idea construyó todo
un poema vital de renuncia y de sufrimiento silencioso y fiel que
habría de purificarle y perfeccionarle.

Todos sus sueños se concentraban en la estrella. Una noche estaba sobre
un acantilado, contemplando la estrella y ardiendo de amor hacia ella.
En el momento de mayor pasión dió unos pasos hacia adelante
y se lanzó al vacío, a su encuentro.

Pero en el instante de tirarse pensó que era imposible y cayó al abismo
destrozado. No había sabido amar. Si en el momento de lanzarse hubiera
tenido la fuerza de creer firmemente en la realización de su amor,
hubiese volado hacia arriba a reunirse con su estrella.

Las cosas que vemos son las mismas que llevamos en nosotros.
No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría
de los seres humanos vivimos tan irrealmente; porque creemos que
las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo
interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, pero cuando se conoce
lo otro, ya no se puede elegir el camino de la mayoría.

                                                        (Herman Hesse - Demian)


sábado, 9 de febrero de 2013

La Douleur


Como bellos cuerpos que murieron jóvenes,
encerrados con lágrimas en ricos mausoleos,
con rosas en el pelo y a los pies jazmines,
se ven los deseos que pasaron sin cumplirse,
sin que alguno de ellos haya alcanzado
la plenitud de una delicia sensual,
o un amanecer iluminado por la Luna.

(C. Petrou Cavafis)


Si soy capaz de echarte de menos 
de esta manera cuando no estás.
 Y envejezco tanto, cuando tú te vas.

No es necesario 
que me expliquen con detalle,
en qué consiste la felicidad.

                                                        Otto...)

martes, 5 de febrero de 2013

Mujer de Viento y Coraje



Mujer de viento y coraje,
mujer tan eficaz,
cada día renaces
en el fuego fatuo de tu linaje.
Eres la dirección prohibida,
el sueño reincidente e inalcanzable
que siempre quise transitar.

Fuiste enmudeciendo
los páramos de mi andamiaje
sin la menor indulgencia.
Armada de una ternura vigorosa,
te fuiste desvaneciendo
con la inquebrantable aquiescencia
de quien conoce la fuerza escrupulosa
con la que me gobierna tu ausencia.

Mujer de viento sin equipaje,
mujer tan capaz,
fuiste enturbiando
lo más profundo de mi ser
con esa esencia tan misteriosa
que segregan tus glándulas milenarias
en cada caricia vertida,
en cada pose tan majestuosa.

Como un juramento,
aduces el presentimiento
del gesto amable que reposa
sobre mi incontenible deseo de plenitud,
hoy totalmente convertido en gratitud.

Mujer de viento
siempre habitaste 
en esa orilla 
que está fuera de mi alcance.
Mujer perspicaz,
que un día me deslumbraste 
con ese haz de luz cegadora
que brotaba tras tu antifaz.

Con exacerbada laxitud
has ido anegando mi alma
apasionada y orgullosa,
en el rigor de tu tormento
fuiste haciendo temblar mis cimientos.
En el abandono que reflejó tu expresión,
al aflojar la llave maestra
con la que blindaste tu corazón,
a los pies de aquel instante de eternidad.

En el que, 
con un acto ahíto de contrición,
convinimos inventar una nueva vida.
Sin futuro, sin pasados 
ni posible demolición,
al abrigo de las cenizas 
de mis besos robados
y los suaves destellos de tu intuición.

Para volver a nacer,
en el fuego fatuo de tu linaje,
para dejar de flotar a la deriva
como leños secos 
que escapan ilesos del oleaje.

Mujer hecha de versos,
no tuve inconveniente en enfermar
de esta antigua espera tan conocida
que nace del coraje
que tuviste al aceptarme
tal y como soy,
y sin disfraces.

Esta expiación en carne viva,
que me vacía de tanta rutina.
Leve espera tan convencida
de llevarme a ninguna parte,
haciendo de la existencia
un tránsito más soportable.
Mujer de viento y coraje,
desde hace un tiempo ya sabes
que no me canso de esperarte.

                                              Otto

viernes, 1 de febrero de 2013

Para acariciarte dormida (de nuevo)



Noches en las que desearíamos
que nos pasaran la mano por el lomo,
y en las que súbitamente se comprende
que no hay ternura comparable
a la de acariciar algo que duerme.

(Oliverio girondo)


Quisiera poder encerrar el aroma de tu ser
dentro de una ilusión impermeable
en una hermética espiral.
Empaparme del impertinente azahar
que ha horadado con cautelosa alevosía
todo mi sereno proceder, 
cautivando los escombros de mis ruinas.

Para poder quedar contigo en un sueño,
para volver a ser testigo y dueño
de tener que inventarte de nuevo.
Por volver a dibujarte
preso de tu expiación
consumido en la bendición,
de provocar la falta de tu aliento.

Esa respiración
que ansío recortar de nuevo,
para volverla a pegar en mi amanecer
y sentir como muero un poco más...
intentando desvanecerme al desperezarte 
en las simas de mis suaves besos
de ternura dilatada en tu cuerpo.
Con mis blandas manos 
de sutura cauterizada en tus llagas,
que no quisieran tu dulzura amedrentar, 
ni tan siquiera, saber de tu despertar.

Para así poder acariciar...
tu alma dormida, 
consumida en un eco disfrazado de rocío.
Iluminando mis heridas
y presintiéndote protagonista
del papel con el que has de envolver 
toda mi humilde existencia, 
en el resumen de mi vida
sin la menor indulgencia.

                                                            Otto..)



No soy quien escucha
ese trote llovido que atraviesa mis venas.

No soy quien se pasa la lengua entre los labios,
al sentir que la boca se me llena de arena.

No soy quien espera,
enredado en mis nervios,
que las horas me acerquen el alivio del sueño,
ni el que está con mis manos, de yeso enloquecido,
mirando, entre mis huesos, las áridas paredes.

No soy yo quien escribe estas palabras huérfanas.
                                                     
                                                         (oliverio girondo)