este sencillo refugio de soñarte,
amueblarlo con los restos del naufragio
y resguardarlo del oleaje.
Debiera ser capaz de desenfocarte
y esforzarme con denodado coraje
para desahuciarte de mis pensamientos.
Olvidar este apetito voraz
con el que he intentado domesticarte.
Otorgarme el privilegio
de un certificado de idoneidad
que reivindique mi derecho a equivocarme.
Y me ratifique un periodo de abstinencia
con el que poder atestiguar con total impunidad
el exilio al que me ha condenado tu cuerpo.
Para fijar mi nueva residencia
en este adusto cementerio de versos.
Donde poder deambular con cierta inmunidad
y sin miedo a despertar de espaldas a la realidad
en los jardines donde se arraigó tu silencio.
Recuperarme de la parada cardíaca
de la desaparición de tus besos.
Abrazarme a la respiración artificial
y regar a diario las flores de plástico
que relumbran sobre mi ventanal.
Abandonar aquel refugio de soñarte,
amueblarlo con los restos del naufragio
y resguardarlo del pasado
con una recia capa de amianto.
Concederme una nueva oportunidad
que reivindique mi derecho
de volver a perderme en el abismo.
Donde solo queda la humildad
de convertirme en la mejor compañía
que me puedo ofrecer a mí mismo.
Otto..)
Es que los sueños son pura ilusión